Aunque he sido infiel, Dios permanece fiel

Soltemos el pasado y corramos a Jesús, Él nos perdona, sana y restaura nuestro corazón para cumplir el propósito de Dios.
¿Realmente somos sinceros?

La honestidad desencadena bendiciones, en cambio, las mentiras hacen pantano en nuestra mente, estancan los sentimientos y pensamientos, y nos ensucian.