Habrá multiplicación

Cuando un hijo de Dios lo reconoce como su Creador y coloca su vida frente a quien lo diseñó, éste transforma su vida para siempre, porque es la naturaleza de Dios.
Las diferencias nos acercan

Las relaciones nos hacen crecer ¡muchísimo! Por eso la Palabra nos anima a seguir construyendo esos lazos a través de un poderoso verbo: ayudar.