¿Cual es tu Precio?

Nuestra integridad no se mide por las cosas que hacemos, por las buenas obras, por cuánto trabajamos en la iglesia, ni lo que hacemos por las personas.
Pensando con cordura

El apóstol Pablo nos recuerda que el ministerio de Dios no es un club social o una empresa, estructurados según los talentos o posesiones terrenales.