Cuando estamos en una constante experiencia con Dios, ¡no podemos callarlo!
Desde el mismo momento en el que estamos llenos del Espíritu Santo, crece en nosotros la necesidad de predicar y testificar lo que el Señor ha hecho en nuestra vida, y lo que hará en la vida de otros.
Por ello, debemos aprovechar hablar del Evangelio porque estamos en un tiempo oportuno para movernos y predicar, aún cuando entendemos que eso también implica ser perseguidos y señalados.
Pero para llenarnos de la pasión para predicar, es necesario tener las siguientes características:
🔥 Necesitamos el poder del Espíritu Santo
🔥 Debemos ser testigos efectivos
🔥 Debemos ampliar nuestra visión de nosotros mismos
Pon tu mirada en Dios en todo momento, cree que eres instrumento de bendición para otras personas y no pares de hablar de la verdad de Dios
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