Regalos del cielo

Dios no escatimó a su hijo para darlo en la cruz del Calvario. Jesús no escatimó su propia vida para que a través de ella se nos entregaran regalos del cielo.

Reflexiona en este versículo

«Demos gracias al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo por las bendiciones espirituales que Cristo nos trajo del cielo».

Efesios 1:3 | Traduccion Lenguaje Actual

¿En alguna oportunidad has recibido un regalo sorpresa? ¿Algo que querías, pero que no lo esperabas en ese momento? Cuando nuestro amado Padre Celestial decidió desprenderse de lo más valioso que tenía, su hijo Jesucristo, pensó en darnos un regalo muy valioso y hermoso, porque eso es lo que para él representamos.

Es importante tener presente que no buscamos a Dios por lo que pueda darnos, porque no se trata de lo que nos da o lo que hace, sino que lo buscamos y amamos por quién es Él, nuestro Padre que nos ama.

Es por ello que debemos agradecerle cada día por darnos tan preciado obsequio, que a su vez trajo consigo innumerables bendiciones espirituales para nosotros. Nuestro Padre bueno, no escatimó a su hijo para darlo en la cruz del Calvario; Jesús no escatimó su propia vida, para que a través de ella se nos entregaran regalos del cielo.

Al reconocer estos dos atributos de Dios, como lo es su paternidad y amor, él responderá a esta promesa: darte bendiciones espirituales y además de ello ¡Te suplirá de todo cuanto te haga falta!

Toma un tiempo para orar

Amado Dios, te doy gracias por ese regalo hermoso, Jesús, por darlo en la cruz para bendecirme. Gracias por ser mi Padre, bueno y amoroso; acepto tu paternidad en mí. Quiero experimentar cada día tu protección, tu provisión, amor y bendiciones celestiales aquí en la tierra. En el nombre de Jesús, amén.

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