Lo que pensamos y hablamos puede controlar nuestra vida; los pensamientos generan palabras, las palabras generan acciones y las acciones generan hábitos que finalmente producen consecuencias ¿Qué te controla?

Para que esta cadena sistemática esté sana, es necesario llenarnos de la Palabra de Dios, y filtrar por medio de ella lo que vemos y oímos.

Al respecto, nuestro Pastor Joel López nos indica que “Si hay presencia, comunión, temor a Dios y convicciones profundas, lo que escuches o veas será irrelevante, pero si estás vacío, el impacto será demoledor”.

Asimismo, tenemos que cuidar lo que hablemos y declaremos, porque “La llave que te saca de tu prueba, es la declaración que sale de tu boca. Ten cuidado con lo que declaras”

Somos los profetas de nuestra vida, porque “nuestras palabras son profecías que tarde o temprano se cumplen. Entonces, habla bien, profetiza bendición, prosperidad, salud, liberación, provisión, milagros y avivamiento que alcance a las futuras generaciones”.

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