Seguidores de Cristo

En la época de los jueces, el pueblo de Israel seguía a Dios pero no le conocía porque dependía de una figura humana a quien seguir para poder obedecer las leyes del Señor; si no había un juez o un rey que los guiara, el pueblo hacia lo que mejor le parecía, según su entendimiento y no guiados por su Palabra.

El juez o rey debía mantener una comunión con Dios, esto era indispensable para guiar al pueblo. Cuando no tenemos una relación con Dios, cuando no leemos la Biblia, tendemos a necesitar de alguien que nos guíe para poder andar conforme a lo que dice la palabra de Dios.

Como hijos de Dios, no podemos hacer las cosas según nuestra sabiduría, nuestro entendimiento o nuestro parecer, sino conforme a la sabiduría de Dios.

Hoy debemos dar gloria al Señor por nuestros pastores, líderes y mentores, pero debemos entender que no los seguimos a ellos sino a Cristo y que es nuestra responsabilidad es pasar tiempo con nuestro Él, leer su Palabra, conocerle y buscar su guía a diario; solo así podemos estar seguros que el día que nuestro líder o mentor no esté para guiarnos, tomaremos la decisión correcta de la mano del Señor.