Somos nosotros los que necesitamos estar arraigados al Señor, conectados a la fuente, en lo secreto para recibir dirección. 

Cosas sobrenaturales pasan cuando nos olvidamos de todo y decidimos conectarnos con la fuente, por eso es necesario dar pasos firmes hacia donde Dios nos está llamando con la misma confianza con la que un niño atiende al llamado de su padre. 

Tu adversidad es usada por el enemigo para destruirte, pero también es usada por Dios para impulsarte a donde Él te quiere llevar. Deja de cuestionar y pon tu mirada en Jesús, conéctate a su atmósfera. 

¿Pero cómo hacer para mantenernos conectados a la atmósfera? Pues debemos pararnos en la brecha y enfrentar los gigantes que vienen a apartarnos del Señor. 

Si tu anhelo es vivir conectado a esa fuente de vida, debes: 

-Orar: aparta un tiempo con el Señor. 

-Leer la Palabra: instrúyete en la Biblia, nuestro manual de vida. 

-Hacer la voluntad de Dios: enfócate en Dios y no en lo terrenal, nada es más importante que Él. 

Es tiempo de vivir conectados al Señor, darle su lugar. Vivamos sedientos de su agua de vida que sacia. ¡Conéctate a la fuente!

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