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Siempre y en toda circunstancia, mantén la perspectiva.
En el tiempo de aflicción, controla tus emociones; medita en lo que está dentro de ti.
Como hijos de Dios, debemos actuar con perspectiva, a la hora de elegir qué hacer, debemos actuar según nuestro enfoque u objetivo, el cual siempre debe apuntar a hacer la voluntad de Dios.
Cada vez que lo buscamos, vemos las cosas desde otra perspectiva. Y cuán importante es tener esa claridad cuando pasamos situaciones con otros.
2 Samuel 16 nos enseña que hay personas que son usadas para que seamos debilitados y terminemos haciendo aquello que nos hace perder nuestra consagración.
Y ella, demanda guardar los límites, que deben estar en tu mente según la instrucción que te ha dado el Señor a través de la Palabra, de tus Pastores, de tus líderes.
Los límites nos evitan consecuencias, por eso debemos tener claridad en cuáles son los límites que nos corresponden en nuestras áreas, con otras personas, con nuestras asignaciones. Pon límites en tu vida y aprende del Señor que es manso y humilde de corazón.
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