Si tú eres madre, ¡eres una valiente! No es un reto fácil, pero Dios te ayuda.

La maternidad no es dejar nuestros planes, es entender que ahora ellos son el plan más importante. Cada acto de cuidado a nuestros hijos es un acto de adoración a Dios; servimos a Dios sirviendo a nuestra familia. Todo lo que hacemos por servir a nuestros esposos, esposas e hijos es un acto invaluable en lo espiritual.

Ser padres es un reto porque es demandante, y hablamos de ambas figuras pues los dos son importantes y forman un equipo, y tienen la asignación de forjar en sus hijos, mejores ciudadanos del reino y de nuestra nación. Por eso, la Palabra nos instruye en Jeremías 29:6-7 que debemos trabajar en pro de la prosperidad del entorno donde estamos. Es un reto, pero debemos asumirlo.

Formar el carácter de Cristo en nuestros hijos es un reto, la palabra nos lo enseña en Gálatas 4:19, y ciertamente es comparado con el dolor de un parto, y es un reto, pero debemos asumirlo.

Hacer de ellos padres potenciales aptos para transferir las leyes de Dios, es un reto, pero debemos asumirlo.

Los padres deben ser un equipo para criar bajo el diseño del Señor, a la manera de Dios con las instrucciones que provienen de él. Muchas veces queriendo hacerlo a nuestra manera, dañamos a nuestros hijos, hacemos lo incorrecto, pero Dios tiene un plan perfecto, Él te dará las estrategias correctas.

Dios nos da la sabiduría para hacer todo lo que él ha puesto en tu corazón que quieres y debes hacer. Sí, tu dinámica cambia, pero sigues avanzando con la dirección del Espíritu Santo.

Mientras Dios te ayuda a criar a tu generación, Él está trabajando tu carácter. ¡No tienes permitido acobardarte, el Señor está contigo!