¿Haz visto a un hijo retornando a la presencia del Padre? Dios jamás, como Padre, te va a recriminar o exponer tu lado oscuro.

Y así sucedió en la historia del hijo pródigo (Lucas 15:11-32) él se fue, despilfarró el dinero de su herencia, tuvo rebeldía en su corazón, pero cuando regresó arrepentido a casa, su padre fue movido a misericordia y lo recibió con amor y alegría.

¡Tú tienes derecho a las cosas que Dios tiene!, porque eres su hijo y podrás equivocarte, pero Él siempre tendrá un corazón amoroso para darte lo que te corresponde como hijo.

El hermano del hijo pródigo se quedó en la casa de su padre, pero se enfrascó tanto en trabajar y trabajar en el campo, que ignoraba lo que pasaba dentro de su casa. ¡Ambos necesitaban retornar a la presencia del Padre!

Para nosotros como cristianos, hijos de Dios, aún hay regalos de Él al alcance de nuestra mano, pero a veces con nuestras propias fuerzas queremos resolver las cosas pudiendo tener acceso a algo que nos corresponde por herencia legítima. 

Nuestra identidad como hijos no la perdemos y debemos tener la capacidad de que en el momento de equivocarnos y fallar, podamos levantar la vista y decir «iré a mi Padre», ¡Él te va a abrazar, besar, colocar vestido nuevo, anillo y te va a restituir, porque estás volviendo a su presencia!

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