Descensos necesarios para ascensos gloriosos
«Cristo fue el mismo que descendió y luego subió a lo más alto de los cielos para llenarlo todo con su presencia».
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Hallar a Cristo, es hallar la Luz de la vida.
Hallar a Cristo, es hallar la Luz de la vida. Él es la Luz de los hombres. Todo aquel que se acerca a Jesús, será iluminado por su Amor y su Gracia.
Por su infinita misericordia
Nuestra vida tiene por delante, capítulos por ser escritos, nuevas oportunidades para hacerlo mejor, pero nunca olvidemos que es por su infinita misericordia
Incienso agradable
Nuestro incienso agradable es anhelado por el Padre, mucho más de lo que nosotros le anhelamos a Él. Nuestro Padre siempre nos espera en el lugar íntimo.
Descensos necesarios para ascensos gloriosos
«Cristo fue el mismo que descendió y luego subió a lo más alto de los cielos para llenarlo todo con su presencia».
Jesús siempre será el primero en todo y por todo, arriba en el cielo y abajo en la tierra, siendo “ejemplo” para nosotros, para poder seguir sus pisadas y entender que nuestra carrera de vida, lo que hemos vivido, lo que estamos viviendo y lo que viviremos, ya fue un camino transitado y recorrido antes por Él.
La primera carta del apostol Pedro (2:21) en la versión NVI dice: «Para esto fueron llamados, porque Cristo sufrió por ustedes y les ha dado ejemplo para que sigan sus pasos», es decir, Él transitó lo intransitable por nosotros, para que ahora nosotros podamos transitar de su mano esta vida, con sus altos y bajos, con sus ascensos y descensos, y podamos llegar al pleno cumplimiento de nuestro propósito.
Jesús atravesó un descenso, inexplicable para muchos, sin sentido para otros, pero que lo condujo en una misión que luego lo transicionaría en un ascenso nunca antes conocido ni en el cielo ni en la tierra.
Cada descenso en nuestra vida tendrá propósito y forma parte indiscutible de un “plan mayor”, que no está sujeto a nuestro parecer, que va mucho más allá de nosotros, y solo sabremos aprovecharlo, si aprendemos la lección y nos sometemos voluntariamente.
Habrán descensos armagos que revelarán nuestro corazón, otros revelarán nuestras motivaciones, otros revelarán nuestras emociones y así según el divino plan de nuestro Padre; pero estos descensos provocarán un ascenso poderoso en nuestras vidas y entornos.
Los descensos en Dios tienen el propósito de impulsarnos a llegar mucho más allá de nuestros deseos y anhelos, quiere llevarnos a cumplir Su voluntad, la cual representa el más alto lugar de bendición dispuesto para nosotros.
Jesucristo quiere darnos el verdadero ascenso a través de Su voluntad. Él dijo: Yo soy el camino, la verdad y la vida (Juan 14:6). Solo en Él hallaremos el camino hacia nuestro destino en Dios, cumpliendo nuestro propósito con ascenso real y genuino, apegados a Su verdad y sin perder la vida que nos ha otorgado para disfrutar a plenitud.
Toma unos minutos para orar
Amado Padre, mi vida está en tus manos. Gracias por cada descenso que haz permitido en mi vida. Hoy rindo mi corazón para aprender a seguir los pasos de Jesús, mi Señor. Enséñame con paciencia cada lección que debo aprender. Cumple tu propósito en mi y llévame al ascenso que haz planificado para mi vida. En el nombre de Jesús, amén.