Pero Dios es mi ayudador
«Pero Dios es mi ayudador; ¡el Señor me mantiene con vida!».
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Hallar a Cristo, es hallar la Luz de la vida.
Hallar a Cristo, es hallar la Luz de la vida. Él es la Luz de los hombres. Todo aquel que se acerca a Jesús, será iluminado por su Amor y su Gracia.
Por su infinita misericordia
Nuestra vida tiene por delante, capítulos por ser escritos, nuevas oportunidades para hacerlo mejor, pero nunca olvidemos que es por su infinita misericordia
Incienso agradable
Nuestro incienso agradable es anhelado por el Padre, mucho más de lo que nosotros le anhelamos a Él. Nuestro Padre siempre nos espera en el lugar íntimo.
Pero Dios es mi ayudador
«Pero Dios es mi ayudador; ¡el Señor me mantiene con vida!».
Los salmos cuentan con vívidos ejemplos de hombres tan comunes como nosotros, que atravesando por problemas, persecuciones y desavenencias, confiaron en Dios y clamaron con fe palabras desde sus corazones, que fueron escuchadas y respondidas con acciones de amor, cuidado y protección. Podrán levantarse enemigos, pero nuestro Padre siempre nos defenderá.
El enemigo podrá venir como lluvia torrencial pero nuestro Señor será nuestra cobertura. Cuando el enemigo se levante como río, nuestro Dios se levantará como represa. No importa la ventisca que el adversario levante en nuestra contra, nuestro Amado Creador, será una fortaleza donde nos mantendremos seguros.
Nunca debemos ignorar las maquinaciones, las acechanzas y las artimañas del diablo, pero tampoco podemos olvidar que aquel que está con nosotros es el Todopoderoso. Reconocer que contra nosotros podrá levantarse aquel que quiere dañar, hurtar o destruir, pero de nuestro lado está el Omnipotente que vino a darnos vida y vida en abundancia.
El enemigo podrá venir como ladrón, pero el Señor protegerá todo cuanto nos pertenece. Cuando el enemigo nos hace entrar en tiempos de dificultad nuestro Dios es la ayuda absoluta, que nos socorre y nos coloca en sus manos de seguridad. La muerte podrá rodearnos, pero la Vida Eterna de nuestro Jesús, levantará vallado y muralla a nuestro alrededor.
No existe mal producido por nuestro adversario, que pueda compararse con la bendita ayuda divina dispuesta por nuestro Padre, que nos rodea, nos cuida y nos asegura llegar a nuestro destino intactos y llenos de paz.
Él es nuestro ayudador. Él siempre nos mantendrá con vida.
Toma unos minutos para orar
Padre y Señor mío, gracias por tenerme en el hueco de tu mano. Gracias porque tu bendita ayuda divina está dispuesta para mi vida y aunque contra mi se levante guerra, en ti estaré confiado. Consagro a ti toda mi vida para que la guíes por tu bien. En el nombre de Jesús, amén.
Muchas gracias Sro por tu palabra que nos fortalece y alimenta nuestra esperanza en el espíritu aumentando nuestra fé en Jesucristo.