Frutos visibles de un corazón invisible
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Hallar a Cristo, es hallar la Luz de la vida.
Hallar a Cristo, es hallar la Luz de la vida. Él es la Luz de los hombres. Todo aquel que se acerca a Jesús, será iluminado por su Amor y su Gracia.
Por su infinita misericordia
Nuestra vida tiene por delante, capítulos por ser escritos, nuevas oportunidades para hacerlo mejor, pero nunca olvidemos que es por su infinita misericordia
Incienso agradable
Nuestro incienso agradable es anhelado por el Padre, mucho más de lo que nosotros le anhelamos a Él. Nuestro Padre siempre nos espera en el lugar íntimo.
Frutos visibles de un corazón invisible
«Ustedes los reconocerán por la clase de fruto que den. El bien no viene de la gente mala, así como las uvas no se recogen de los espinos, ni los higos se recogen de los cardos».
Las apariencias jamas podrán ocultar la verdad interior. No hay disfraz en el mundo capaz de camuflar lo intimo del corazón. Tarde o temprano, se dejará ver el corazón a través de los frutos, es decir, a través de las acciones.
Nuestras acciones siempre serán correspondientes al depósito que tenemos, a lo que somos, a nuestro tesoro interior, a lo que disponemos en nuestro corazón. Daremos de lo que tenemos. Nunca podremos dar algo que no tenemos.
Es fácil conocernos, ya que nuestras acciones hablarán por sí mismas. Ellas mostrarán dónde está nuestro enfoque. Preocuparnos en gran parte por vernos bien, oler bien, lucir bien, caer bien a los ojos de los que nos rodean, habla de nuestra preocupación exterior, pero no significa que nuestro interior esté atendido de la misma manera.
Si trabajamos en lo exterior para agradar solo a los que están alrededor, es posible que estemos ignorando a nuestro Creador, que quiere que trabajemos en pro de nuestro interior, pues su mirada no está puesta en lo que mira el hombre (exterior), Él mira el corazón (interior).
Aunque ciertamente nuestra apariencia externa debe ser atendida y debemos ser responsables en este sentido, debemos procurar hacerlo apegado al consejo bíblico dado por el apóstol Pedro cuando dice:
[3] No se interesen tanto por la belleza externa: los peinados extravagantes, las joyas costosas o la ropa elegante. [4] En cambio, vístanse con la belleza interior, la que no se desvanece, la belleza de un espíritu tierno y sereno, que es tan precioso a los ojos de Dios. (1 Pedro 3:3-4 NTV)
Darle prioridad a nuestro corazón (lo interior), traerá frutos de incalculable valor en nuestras vidas. Producirá una belleza de un espíritu tierno y sereno, pero sobretodo que es muy precioso a los ojos de Dios.
Demos a nuestro Señor el derecho de obrar y labrar la tierra de nuestro ser interior, para que las semillas de su inmensurable Amor germinen, crezcan y pronto veamos el fruto agradable a Dios en nosotros y para bendición de nosotros.
Toma un tiempo para orar
Padre, gracias por esta palabra que hoy impartes a mi vida. Te pido perdón si he descuidado mi interior por poner toda mi atención en lo exterior. Hoy te abro mi corazón para que lo escudriñes, me muestres y me ayudes a quitar todas esas cosas que a ti no te agradan. A partir de hoy quiero dar frutos que reflejen un corazón limpio y agradable a ti. En el nombre de Jesús, amén.
Amén ciertamente este devocional fue de bendición para mi , Dios siempre tiene una palabra oportuna para mí vida,