Cuando oramos
Inicio > Devocionales > Temporada 3 >
Compartir
Entérate...
Ahora no entiendes lo que estoy haciendo
Ahora no entiendes lo que estoy haciendo, pero te dirijo a un lugar mejor, a una fe inquebrantable, a una voluntad firme para que cumplas tu propósito.
No temas delante de ellos
No temas delante de ellos, los gigantes nunca dejarán de hacer presencia en nuestras vidas. Ellos forman parte de nuestras más grandes victorias en Dios.
Una fe avivada por obras
Una fe avivada por obras debe hablar con amor y respeto; debe dar con manos abiertas; debe vestir al desnudo, dar a comer al hambriento, dar agua al sediento.
Cuando oramos
«No se preocupen por nada. Más bien, oren y pídanle a Dios todo lo que necesiten, y sean agradecidos».
El mundo afirma que en momentos de crisis la oración no resuelve nada, y es verdad. La oración nunca resolverá los problemas. El objetivo de ella, es remitirlos a un ente Superior, no terrenal que pueda aplicar las medidas necesarias en el momento adecuado.
La oración es como levantar el teléfono y llamar a los bomberos en medio de un incendio; la llamada no apagará el incendio, pero activará un equipo especializado, que saldrá de inmediato para venir a socorrernos y extinguir las llamas.
Cuando oramos, aparentemente no resolvemos nada, pero en realidad hacemos mucho. La oración es dedicar nuestra mayor concentración en aquel que puede obrar de la manera eficaz sobre aquello que nosotros somos incapaces de resolver.
Cuando oramos, la paz de Dios llena nuestro corazón y hace brotar el agradecimiento, porque sabemos que hemos sido atendidos por el ente Superior celestial y nuestro caso está siendo atendido.
No nos preocupemos, más bien oremos con confianza.
¡La respuesta viene de camino y la manifestación de lo inesperado ha de ocurrir!
Toma un tiempo para orar
Padre amado gracias por esta palabra que me recuerda que no debo preocuparme por nada. Hoy pongo ante ti mi Dios a mi familia, matrimonio, hijos, salud, finanzas y cada área de mi vida, pidiéndote que obres en ellas de acuerdo a tu agradable, buena y perfecta voluntad. Gracias mi Señor Jesús porque se que estas obrando, gracias porque ya me diste la victoria, gracias por tu paz y por tu perfecto amor. Amén