Un lugar de alto honor
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Hallar a Cristo, es hallar la Luz de la vida.
Hallar a Cristo, es hallar la Luz de la vida. Él es la Luz de los hombres. Todo aquel que se acerca a Jesús, será iluminado por su Amor y su Gracia.
Por su infinita misericordia
Nuestra vida tiene por delante, capítulos por ser escritos, nuevas oportunidades para hacerlo mejor, pero nunca olvidemos que es por su infinita misericordia
Incienso agradable
Nuestro incienso agradable es anhelado por el Padre, mucho más de lo que nosotros le anhelamos a Él. Nuestro Padre siempre nos espera en el lugar íntimo.
Un lugar de alto honor
«Él levanta del polvo a los pobres; les quita su tristeza. Les da importancia a los pobres, sentándolos con príncipes en el lugar de los invitados de honor. El SEÑOR hizo todo el mundo, y todo el mundo le pertenece».
Siendo Él el Creador y Dueño de todas las cosas ¿Acaso habrá algo de lo que él no tenga control? Cada tiempo, temporada, estación, posición, lugar, condición y estatus, fue calculado milimétricamente, evaluado y aprobado para ser puesto en marcha en nuestras vidas. A Él “todo le pertenece”.
Tu y yo le pertenecemos. Somos su especial tesoro. Él tiene absoluto cuidado de lo que es suyo. Por lo tanto, nuestra condición actual no puede, ni podrá, amenazar nuestra posición verdadera, nuestra posición en Jesús. Nuestra condición “es temporal”, pero nuestra posición en Cristo “es eterna”.
Que nuestra condición o la temporada que vivimos, no nos límite a creer que Dios no hará con nosotros algo único. Descansemos en su presencia, confiemos en Su voluntad, en su majestad eterna.
Hay lugares especiales preparados para aquellos que Dios ama y que confían en Él. Cuando todos en esta sociedad se enfocan en la posición natural y en las riquezas materiales, nosotros como hijos de Dios, debemos enfocarnos en la posición que Él nos ha otorgado y las abundantes riquezas que nos regalado como heredad.
Santiago 1:17-18 NTV dice: [17] Todo lo que es bueno y perfecto es un regalo que desciende a nosotros de parte de Dios nuestro Padre, quien creó todas las luces de los cielos. Él nunca cambia ni varía como una sombra en movimiento. [18] Él, por su propia voluntad, nos hizo nacer de nuevo por medio de la palabra de verdad que nos dio y, de toda la creación, nosotros llegamos a ser su valiosa posesión.
En Jesús, somos posesión de Dios y tenemos una posición en Él, otorgada por Su gracia, que nos ha llevado de miseria espiritual a un lugar celestial no alcanzado por méritos propios, ni esfuerzos humanos, solo hemos llegado allí por su bendito Amor. Hoy estamos sentados en lugares celestiales, en un lugar de alto honor que nos dice: aunque en la tierra me vea simple y natural, su Gracia me llevó a un lugar único y sobrenatural.
Toma un tiempo para orar
Padre cómo no estar agradecido, si cuando estaba en tinieblas, hundido en el lodo senagozo de mis pecados, tu me levantaste, me personaste. Siendo pobre, me hiciste rico. No teniendo nada, me diste todo. Estando muerto, me diste vida. Y hoy ocupo un lugar que jamás pensé que llegaría a ocupar, pero glorificó el nombre Jesús porque ha sido por Él. Te amo Jesús y te doy gracias por llevarme mucho más allá de lo que merecía. Amén.