¡Cuán importante es descubrir no solo nuestro propósito de vida, sino en Dios! Y sí, parecen lo mismo, pero no es así.

Solo Dios puede darle sentido a nuestro propósito; Él nos lo dice en su Palabra, en el Salmo 138:8: “Jehová cumplirá su propósito en mí. Tu misericordia, Jehová, es para siempre; ¡no desampares la obra de tus manos!”

El propósito es la intención detrás de nuestras acciones, pero no basta solo con buenas intenciones; se debe actuar con propósito.

Y el líder Peter Calzadilla nos lo ejemplificó con esta frase: “Si no determinas propósitos claros en tu vida, cualquier elemento disfrazado de propósito será tu objetivo.” Como hijos de Dios, es importante vivir con propósito, conectando con lo valioso de la vida, con aquello que nos apasiona y le da sentido a nuestra existencia, pero también entender que cada persona tiene una función en el reino del Señor. El propósito de Dios incluye bendecir, amar, conocerlo y establecer su reino.

Sin duda, vivir sin un horizonte nos lleva a la falta de claridad, a vivir estancados en los propósitos de otros, y a experimentar decepción y frustración. ¡Es el momento de establecer metas claras, renovar la relación con Dios, escuchar su voz y enfocarnos en avanzar!

Vivir sin propósito es absurdo. Dios nos ha destinado con un propósito desde antes de nacer; no eres producto de la suerte ni de un error. ¡TU VIDA TIENE PROPÓSITO!

Recuerda esta gran promesa del Señor:
“Yo estaré contigo, y no te abandonaré hasta cumplir lo que te he prometido. Te cuidaré por dondequiera que vayas, y te haré volver a esta tierra.” Génesis 28:15