Cree con el corazón
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La Palabra de Dios
A su tiempo veremos con nuestros ojos y palparemos con nuestras manos, lo que en un tiempo oímos con nuestros oídos: la Palabra de Dios hablada a nuestras vidas
Su trato especial se dejara ver
Cuando decidimos servir y seguir fielmente a Jesús, Su trato especial se dejará ver cumpliéndose Salmos 23, y será nuestro Pastor y nada nos faltará.
Ahora no entiendes lo que estoy haciendo
Ahora no entiendes lo que estoy haciendo, pero te dirijo a un lugar mejor, a una fe inquebrantable, a una voluntad firme para que cumplas tu propósito.
Cree con el corazón
«Jesús le dijo: —¿No te dije que si creías ibas a ver la grandeza de Dios?»
Jesús más que nadie conoce nuestros corazones y sabe que en medio de nuestras más terribles pérdidas, en nuestros momentos más dolorosos, en esas situaciones de gran frustración, perdemos el enfoque, la fe, y hasta la esperanza se disipa.
Ahí es donde necesitamos escuchar de nuevo su voz que nos recuerda que la carrera aún no ha terminado, que aún hay algo que él quiere hacer más allá de lo evidente, que aunque algo terminó, algo murió, y produjo en nosotros ese sentimiento de abandonarlo todo, Él aún tiene planes de bien, que desean mostrar su grandeza.
La pregunta es: ¿Quieres ver su grandeza?
Cuando algo muere, algo se acaba, llega el final, parece que todo se trunca y lo inesperado se hace presente en nuestras vidas, debemos enfocar nuestro pensamiento en que lo que no entendemos, ya era un plan predestinado por Él para llevarnos a experimentar su grandeza.
Todos hemos afrontado y afrontaremos pérdidas dolorosas y profundas, que marcarán nuestra vida, pero nuestra fe no se puede ir con lo perdido, ni mucho menos hundirse en lo profundo con el dolor.
Saber que esto no es el fin es importante, porque Jesús está con nosotros. Y si él está presente, nuestro enfoque en él, es determinante para poder saber que todo tendrá un fin lleno de esperanza, vida y si fuere necesario, resurrección.
Nuestras más profundas heridas en la vida, en Jesús, son el anuncio de un develar de su majestuosa grandeza. Nuestras más terribles perdidas en esta vida, nos acercan más a Jesús con el fin de ver la gloria de Dios.
Debemos enfocarnos y mantener la fe en Jesús, pues él está aquí, con nosotros y esto es una señal de la fidelidad de Dios que nos dice: Lo ocurrido no es el fin. De nuestros más dolorosos finales, él hará manifestar nuestro más grande comienzo. ¡Cree con el corazón y verás la manifestación de su grandeza con tus ojos!
Toma un tiempo para orar
Mi amado Jesús, hoy vengo ante Ti a darte gracias por Tu plan perfecto para mi vida, porque sé que aún en las peores condiciones Tú estás obrando y haciendo Tu voluntad. Espíritu Santo, dame la fortaleza para permanecer confiando y creyendo en lo que mi Padre amado está haciendo. Anhelo ver Tu grandeza en mi vida. Quita de mí el temor, la duda, la lógica humana y todo lo que pueda ser de tropiezo para mi fe en Ti, en el nombre de Jesús. Amén.