Dejen que los niños vengan a mí
Inicio > Devocionales > Temporada 3 >
Compartir
Entérate...
Hallar a Cristo, es hallar la Luz de la vida.
Hallar a Cristo, es hallar la Luz de la vida. Él es la Luz de los hombres. Todo aquel que se acerca a Jesús, será iluminado por su Amor y su Gracia.
Por su infinita misericordia
Nuestra vida tiene por delante, capítulos por ser escritos, nuevas oportunidades para hacerlo mejor, pero nunca olvidemos que es por su infinita misericordia
Incienso agradable
Nuestro incienso agradable es anhelado por el Padre, mucho más de lo que nosotros le anhelamos a Él. Nuestro Padre siempre nos espera en el lugar íntimo.
Dejen que los niños vengan a mí
Cierto día, algunos padres llevaron a sus niños a Jesús para que pusiera sus manos sobre ellos y orara por ellos. Pero los discípulos regañaron a los padres por molestar a Jesús. [14] Pero Jesús les dijo: «Dejen que los niños vengan a mí. ¡No los detengan! Pues el reino del cielo pertenece a los que son como estos niños».
Para Jesús es importante que los niños se acerquen a él. Jesús quería recibir a los niños. Los discípulos se lo impedían. ¿Por qué al acercarnos a Él, llegamos con tantas estructuras, con tantas experiencias, con tanto bagaje, pero nos cuesta llegar como niños?
Jesús quiere que nos acerquemos a Él como niños. El adulto cree según sus estructuras y limites, el hijo cree según su Padre. Deben acercarse a mi como niños. El niño cree en la palabra de su papá y ya, no la pone en duda, no la juzga, simplemente la cree.
Si el papá le dice que le va a comprar un helado, el niño no saca cuentas acerca de cómo el papá hará para cumplir su promesa, tampoco medita en qué tendrá que hacer como hijo, para ayudar a su papá a comprar ese helado, sencillamente cree y desde ese mismo momento, se imagina comiendo y disfrutando su helado, comienza a pensar en qué sabor o sabores elegirá, comienza a verse disfrutando el helado, todo esto pasa desde el mismo momento que recibe la palabra.
¿Y por qué no es así con nosotros? Porque nos acercamos con mentalidad de adultos, con estructuras de adultos, con corazón de adulto y no dejamos que nuestro ser se acerque a su creador como adulto, entendiendo que de los que son como niños, es el reino de los cielos.
No traigamos el adulto al trono del Señor, traigamos al niño a los brazos de Papá. Ahí se encontrará con promesas, Palabras de vida, milagros por recibir, salvación por manifestar, prodigios por ejecutar y solo el niño podrá recibirlo, abrazarlo y creerlo, para luego verlo manifestado.
Seamos como niños, Dios nos ha dado el privilegio de entrar a su reino para recibir cosas mayores, no por los esfuerzos de adulto, si no por la fe del niño que está en nosotros. ¡Jesús nos espera con los brazos abiertos!
Toma un tiempo para orar
Mi amado Jesús, hoy quiero acercarme a Ti como un niño, con una fe que no da cabida a la lógica, al temor ni a los paradigmas de este mundo. Ayúdame a desarraigar de mí al viejo hombre, ese que cree y confía solo en sus habilidades y capacidades. Ayúdame a tener un corazón que crea y confíe en Ti como un niño en su padre. Tú eres mi Padre Celestial y en Ti quiero poner mi confianza y seguridad. Te amo, Papá. Tú eres mi todo. Amén.