Amemos la sabiduría
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Los desafíos
Todos los desafíos que enfrentamos en nuestra vida tienen beneficios. Detrás de cada desafío está la mano de Dios para enseñarnos a confiar en Sus promesas.

El eco de nuestra generosidad
El eco de nuestra generosidad reflejará en nuestras vidas qué tanto estamos siendo instrumentos de bendición en manos de Dios para con otros.

Despertar de la iglesia
Cuando la iglesia se encuentra en un estado de adormecimiento, Dios trae un despertar de la iglesia, un avivamiento para restaurarla y llenarla de propósito.
Amemos la sabiduría
Ama la sabiduría y ella te engrandecerá; haz que ella sea lo más importante y te dará honor.
Jesús vino a nuestra vida para mudarnos. Nos sacó de las tinieblas y nos colocó en su «Luz» admirable. Nos sacó del lodo cenagoso del pecado y nos estableció en la «Roca» firme. Nos arrancó del reino de las tinieblas y nos introdujo en el «Reino» de los cielos.
Esto cambió nuestra «cultura» y nuestra «naturaleza», la que nos fue dictada por este sistema deprimido, caído y mundano, y en el cual se nos impartía la necedad como materia prima para poder subsistir en este medio corrompido.
La necedad, nos llevó a adoptar posturas, a tomar decisiones, a realizar acciones que dejaron huellas profundas en nuestro ser y en otras vidas por medio del pecado. El sistema pervertido de las tinieblas nos hizo amar la necedad, siendo este el camino más errático y contraproducente en el cual podríamos andar.
Ese andar en tinieblas y necedad, fue transformado para ahora andar en Luz y en sabiduría. Este debe ser una anhelo de nuestro corazón: salir de la necedad y entrar en la sabiduría. Dejar las tinieblas y entrar en la luz. Dejar un estatus de muerte para entrar en un estatus de vida. Cuando degustamos la sabiduría de Dios, queremos más y más, y está nos hace bien, hasta llegar a amarla.
Amar es entregarse por completo. Aquello que amamos nos dirige y puede llegar a gobernarnos. El amor es una acción de nuestro corazón por darnos por completo a algo o alguien. La sabiduría quiere recibir de nosotros todo nuestro amor. Entregarnos por completos a ella. Renunciar y cortar nuestra relación tóxica con la necedad, para entablar una intima relación con la sabiduría.
La necedad nos redujo, nos dañó y perjudicó. Sacó de nosotros lo peor y nos deshonró. Nunca fue una fiel compañera, siempre fue desleal y nos abandonó luego de entregarnos a acciones deplorables.
Hoy tenemos la oportunidad de amar y entregarnos por completo a la sabiduría para recibir de ella honor y engrandecimiento. Ella nos hará crecer, nos dará conocimiento, ciencia, y nos hará llegar a lugares nunca antes pensados. Siempre nos acompañará. Será leal hasta el fin y pondrá una hermosa diadema en nuestra cabeza que nos hará lucir como hijos del verdadero Rey de reyes.
Amando la sabiduría, demostraremos que amamos a Dios. Así demostraremos de quién somos hijos. Amemos la sabiduría. Consagremos por completo nuestra vida a ella y un fruto de grandeza se forjará dentro de nosotros.
Toma un tiempo para orar
Padre celestial, te agradezco infinitamente por tu sabiduría pura y celestial. Reconozco mi necesidad de tu guía y te pido que me ayudes a deshacerme de la necedad y de la confianza en mi propio entendimiento. Deseo anhelar tu sabiduría cada día más y que ella transforme mi vida. Enséñame a amarla y a buscarla en todas las circunstancias. Ayúdame a aplicar tu Palabra en mi vida diaria y a vivir en santidad. En el nombre de Jesús, amén.