Amemos la sabiduría

Amemos la sabiduría. Consagremos por completo nuestra vida a ella y un fruto de grandeza se forjará dentro de nosotros.
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Devocional: Incienso agradable

Incienso agradable

Nuestro incienso agradable es anhelado por el Padre, mucho más de lo que nosotros le anhelamos a Él. Nuestro Padre siempre nos espera en el lugar íntimo.

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Amemos la sabiduría

Proverbios 4:8 (PDT)

Ama la sabiduría y ella te engrandecerá; haz que ella sea lo más importante y te dará honor.

Jesús vino a nuestra vida para mudarnos. Nos sacó de las tinieblas y nos colocó en su “Luz” admirable. Nos sacó del lodo cenagoso del pecado y nos estableció en la “Roca” firme. Nos arrancó del reino de las tinieblas y nos introdujo en el “Reino” de los cielos.

Esto cambió nuestra “cultura” y nuestra “naturaleza”, la que nos fue dictada por este sistema deprimido, caído y mundano, y en el cual se nos impartía la necedad como materia prima para poder subsistir en este medio corrompido.

La necedad, nos llevó a adoptar posturas, a tomar decisiones, a realizar acciones que dejaron huellas profundas en nuestro ser y en otras vidas por medio del pecado. El sistema pervertido de las tinieblas nos hizo amar la necedad, siendo este el camino más errático y contraproducente en el cual podríamos andar.

Ese andar en tinieblas y necedad, fue transformado para ahora andar en Luz y en sabiduría. Este debe ser una anhelo de nuestro corazón: salir de la necedad y entrar en la sabiduría. Dejar las tinieblas y entrar en la luz. Dejar un estatus de muerte para entrar en un estatus de vida. Cuando degustamos la sabiduría de Dios, queremos más y más, y está nos hace bien, hasta llegar a amarla.

Amar es entregarse por completo. Aquello que amamos nos dirige y puede llegar a gobernarnos. El amor es una acción de nuestro corazón por darnos por completo a algo o alguien. La sabiduría quiere recibir de nosotros todo nuestro amor. Entregarnos por completos a ella. Renunciar y cortar nuestra relación tóxica con la necedad, para entablar una intima relación con la sabiduría.

La necedad nos redujo, nos dañó y perjudicó. Sacó de nosotros lo peor y nos deshonró. Nunca fue una fiel compañera, siempre fue desleal y nos abandonó luego de entregarnos a acciones deplorables.

Hoy tenemos la oportunidad de amar y entregarnos por completo a la sabiduría para recibir de ella honor y engrandecimiento. Ella nos hará crecer, nos dará conocimiento, ciencia, y nos hará llegar a lugares nunca antes pensados. Siempre nos acompañará. Será leal hasta el fin y pondrá una hermosa diadema en nuestra cabeza que nos hará lucir como hijos del verdadero Rey de reyes.

Amando la sabiduría, demostraremos que amamos a Dios. Así demostraremos de quién somos hijos. Amemos la sabiduría. Consagremos por completo nuestra vida a ella y un fruto de grandeza se forjará dentro de nosotros.

Toma un tiempo para orar

Padre celestial, te agradezco infinitamente por tu sabiduría pura y celestial. Reconozco mi necesidad de tu guía y te pido que me ayudes a deshacerme de la necedad y de la confianza en mi propio entendimiento. Deseo anhelar tu sabiduría cada día más y que ella transforme mi vida. Enséñame a amarla y a buscarla en todas las circunstancias. Ayúdame a aplicar tu Palabra en mi vida diaria y a vivir en santidad. En el nombre de Jesús, amén.

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