Cuida tus palabras
Inicio > Devocionales > Temporada 3 >
Compartir
Entérate...

Eres libre para llevar libertad
Eres libre para llevar libertad. Tu libertad viene de aquel que te ha amado más de lo que imaginas.

En Dios todos tenemos un propósito
Jehová escoge los vientres para traer propósito y dar cumplimiento. Hemos nacido por un plan. En Dios todos tenemos un propósito.

Feliz Día de las Madres
En la celebración especial este jueves, le dimos un Feliz Día de las Madres, compartimos un hermoso detalle con mujeres virtuosas
Cuida tus palabras
Cada uno comerá hasta el cansancio del fruto de sus palabras.
Nuestras palabras son fuente creativa de bienes o de males. Todo, absolutamente todo lo que sale de nuestra boca, tiene el poder de conducirnos por caminos deleitosos ó por lugares escabrosos.
Debemos cuidar con esmero lo que sale de nuestra boca. Dirigir con total intención cada palabra que quiere salir con ímpetu, por emoción o por impulso, sobre todo, en los momentos más difíciles y de presión, pues en esos momentos podrían llegar a ser palabras que traigan una gran calma apacible, o por el contrario, aumentar un gran incendio como cuando se le echa gasolina.
¿Lo que decimos bendice a nuestro alrededor o todo lo contrario?
¿Nuestras palabras están dando buen testimonio del cristiano que somos?
Es importante resaltar algo: nuestras palabras, todo lo que sale por nuestra boca, hace gala del protagonista de nuestro corazón, es decir, la boca es el eco del corazón.
Procura pues que tú corazón sea lleno de la Palabra de Dios. Un corazón lleno de Su Palabra es una boca llena de promesas. Un corazón que abunda en Palabra de Verdad, es una boca que iluminará con sabiduría. Tú mejor tesoro dentro de ti, será tu mejor Palabra en tu boca.
¡Recuerda que el fruto que cosecharás mañana, será la semilla de tus palabras hoy!
Toma un tiempo para orar
Mi Señor amado, hoy quiero pedirte perdón por cada palabra que ha salido de mi boca y no ha sido de bendición. Le pido al hermoso Espíritu Santo que me ayude a tener dominio propio para controlar mis impulsos y emociones, y así poder decir las palabras correctas en todo momento. Declaro que mi boca es una fuente de bendición y no de maldición, en el poderoso nombre de Jesús. Amén.