El valor de nuestras oraciones
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Por su infinita misericordia
Nuestra vida tiene por delante, capítulos por ser escritos, nuevas oportunidades para hacerlo mejor, pero nunca olvidemos que es por su infinita misericordia
Incienso agradable
Nuestro incienso agradable es anhelado por el Padre, mucho más de lo que nosotros le anhelamos a Él. Nuestro Padre siempre nos espera en el lugar íntimo.
Despiertos para aceptar su voluntad
¿Hoy estamos despiertos para aceptar su voluntad? O ¿estamos dormidos espiritualmente para rechazar su llamado?
El valor de nuestras oraciones
Cuando lo tomó, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero. Cada uno tenía un arpa y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones del pueblo de Dios.
Imaginemos que tenemos en nuestra casa una copa de oro de 24 quilates, con 99,9% de pureza en oro, cuyo color dorado y brillo característico la hacen lucir majestuosa. ¿Qué haríamos con ella? ¿Dónde la podríamos guardar? ¿Seríamos capaces de colocar algo dentro de ella? ¿La usaríamos para beber? O ¿solo le daríamos un uso decorativo?
Seguramente muchos no seríamos capaces de usarla, la mantendríamos guardada y cuidaríamos celosamente por su valor. Posiblemente, si tuviéramos que poner algo dentro de ella, la reservaríamos para lo excepcional, para aquello que transcendería lo común. Solo lo más extraordinario y único merecería ocupar un lugar tan privilegiado.
Para nuestro Dios, hay algo tan valioso, extraordinario y excepcional que solo lo pone en copas de oro y, además, es usado en el cielo como incienso para perfumar su trono.
¿Sabes qué es? Nuestras oraciones.
Qué hermoso saber el valor que tienen nuestras oraciones para Papá y es un motivo para que nosotros le demos más importancia a orar día a día. Primero que nada, tenemos la convicción de que nuestro Señor nos oye, pues si no lo hiciera, no le daría tanto valor a las palabras que salen de nuestra boca cuando estamos de rodillas ante Él. Y segundo, cada vez que oramos, nuestra suplica llega delante del Padre con un olor fragante y agradable.
Para el mundo, nuestro clamor diario no vale nada, pero para nuestro Señor Jesucristo vale mas que el oro.
Al vernos de rodilla ante Jesús, muchos nos tildaran de fanáticos, religiosos, locos etc., pero, para el cielo cada palabra que sale de nuestro boca, al orar, se transforma en incienso celestial que perfuma el trono de nuestro Rey.
Así que, cada vez que pensemos que Dios no nos escucha, que estamos perdiendo el tiempo, que no vale la pena orar, etc., recordemos que nuestras oraciones son presentadas ante nuestro Señor en copas de oro y como incienso para perfumar su santo trono.
No perdamos mas tiempo, dejemos de lado las excusas, vayamos de rodilla ante nuestro Señor y levantemos un clamor que inunde con aroma agradable el trono de Papá.
Toma un tiempo para orar
Mi amado Dios, gracias por el valor tan especial que le das a mis oraciones. Te pido que traigas a mi memoria esta palabra cada vez que esté flaqueando en mi oración. Ayúdame a poder presentar delante de Ti cada día un clamor con olor agradable a Ti, mi amado Jesús. Quita las excusas, el estupor, la pereza y todo lo que quiera apartarme de mi tiempo de intimidad contigo. Te amo, mi Señor. Amén.