En el amor consciente, Dios hoy le dice a la Iglesia: “Vuélvete al primer amor”. Esta es una exhortación que nos invita a reflexionar sobre la esencia de nuestra relación con Jesús, recordando la pureza y la pasión que caracterizaban ese primer encuentro con Él.
Ya no puedes seguir sirviendo de manera mecánica; debes hacerlo con pasión y fervor. Por amor a Dios, tendrás que prepararte, leer, orar, adorar, predicar, aceptar corrección, confrontar tus debilidades, renunciar a ciertas cosas y ser la Iglesia que se necesita para este tiempo.
«Yo conozco tus obras, tu arduo trabajo y tu paciencia; sé que no puedes soportar a los malos, has probado a los que se dicen ser apóstoles y no lo son, y los has hallado mentirosos. Has sufrido, has tenido paciencia y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, sin desmayar. Pero tengo contra ti que has dejado tu primer amor. Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieras arrepentido.» Apocalipsis 2:2-5
El Señor le habla a la Iglesia de Éfeso, una ciudad de gran actividad comercial, pero también marcada por inmoralidad, vanidad y profunda oscuridad. Dios permitió que allí se levantara una iglesia esforzada y con un buen fundamento doctrinal. Esta historia no es ajena a nuestra realidad actual.
Dios está llamando a la Iglesia a levantarse sobre buenos fundamentos, a sufrir por la causa de Cristo. No podemos decir con palabras que amamos a Dios mientras nuestros hechos comunican lo contrario, debemos ir por aquellos que se están perdiendo en la oscuridad.
¿Quieres recuperar ese primer amor? Estás en el mejor escenario para demostrarlo. Crece y apasiónate mientras practicas el amor: a Dios y al prójimo, a quienes están dentro y fuera de la Iglesia. Vivamos y modelemos el amor de Dios, ¡hay personas que anhelan conocerlo!
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