Jehová escoge los vientres para traer propósito y dar cumplimiento. Hemos nacido por un plan. En Dios todos tenemos un propósito.
Los hermanos de José el soñador lo rechazaban y fue vendido, pero, porque él era el propósito, Dios lo escogió para exaltar su nombre. Pronto vino a él la recompensa por no desechar su llamado. Nosotros, como propósito de Dios, debemos seguir adelante, creerle y oír Su voz.
Cuando un propósito decide servirle al Señor, enfrenta pruebas y ataques que intentan hacerlo abortar. Pero debes creer que quien te dio el propósito te va a sostener. ¡Si Dios lo envía, nada te va a faltar!
A pesar de las situaciones adversas que vivas, no provoques tu aborto. ¡Alimenta tu propósito! Declárale palabras de esperanza, vida, crecimiento y las promesas del Señor.
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