«Nunca dejen de orar».
1 Tesalonicenses 5:17 | Palabra de Dios para Todos
El apóstol Pablo escribe un consejo imperativo: nunca dejen de orar. Él estaba develando uno de sus secretos mejor guardados. Esto no era un capricho del apóstol en aquel tiempo, y no lo es hoy de nuestros pastores y líderes.
La oración es la actividad más importante de nuestras vidas. A través de ella desarrollamos una relación diaria con el ser más maravilloso que existe: nuestro Padre en el cielo.
A través de la oración, se te afirmará, se te levantará, será impulsada tu vida, encontrarás nuevas fuerzas, vendrá sanidad, tu corazón será restaurado, tu entendimiento será iluminado, tu vida será transformada. A través de la oración impactarás a otros, las tinieblas serán conmovidas, los muros caerán, el pecado cesará, el amor nacerá.
Y la verdad es que la oración ha sido desprestigiada por muchos que desconocen su potencial. Ha sido menospreciada por otros que ignoran su poder, pero para los que la adoptamos y abrazamos, llegamos a conocer senderos inmersivos y sublimes, llenos de majestad y gracia.
Abrázala no importando el momento, la hora, el lugar; no importando cómo estés emocionalmente, físicamente. Solo abrázala y no la sueltes. ¡Los resultados serán sin precedentes para tu vida!
Haz esta oración
Padre amado, gracias por enseñarme la importancia de orar siempre. Pon el querer como el hacer en mi corazón para cada día amar hablar contigo, no importando el tiempo, lugar o circunstancia. En el nombre de Jesús, amén.
