Todo se trata de la actitud correcta

«Cuando María llegó adonde estaba Jesús y lo vio, se arrojó a sus pies y le dijo: —Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto».

Juan 11:32 | Nueva Versión Internacional

Por más que pediste que no pasara, lo que más miedo te daba de pronto se volvió realidad: esa enfermedad, la cobranza de la deuda, una noticia inesperada, ¿pero sabes algo? ya Jesús conoce el final de esa situación.

La historia de Marta y María, ante la muerte de Lázaro, su hermano, nos permite ver las dos perspectivas de cómo afrontamos nuestras pérdidas o problemas.

Cuando estés delante de Jesús, no seas como Marta, que en medio de su dolor, vio a un Jesús que se había retrasado; cuando estés delante de él, no es momento para reclamar, es el momento de obtener tu milagro.

El dolor, muchas veces, nos ciega de tal forma, que no permite que veamos lo cerca que estamos de nuestro milagro, sino que Jesús «llegó tarde» y no pudo evitar que pasara todo lo que pasó.

Él nunca llega tarde; por esto toma la actitud de María, que con un corazón rendido reconoció que Jesús puede operar el milagro y acompañarnos en medio del dolor, hasta llorar con nosotros.

Todo se trata de la actitud correcta delante de Dios.

Ser cristiano no te exonera del proceso, pero te garantiza que si te postras delante de Jesús, él estará contigo en medio de toda circunstancia, te dará su compañía y verás su voluntad manifiesta.

Haz esta oración

Mi Señor y Padre, solo tú puedes ayudarme en los momentos difíciles de mi vida. Fórmame para poder tener la actitud correcta ante cualquier circunstancia y tener la certeza de que tú estás a mi lado, y cumplirás tu perfecta voluntad. En el nombre de Jesús, amén.