Amistad: un verdadero tesoro

«Ya no les digo siervos, porque un siervo no sabe los planes de su amo. Les digo amigos porque les di a conocer todo lo que he escuchado del Padre.»

Juan 15:15 | Palabra de Dios para Todos

Hoy en día, el significado de la amistad es tan variante como confuso. Se ha tergiversado tanto este concepto, que casi lo podemos llegar a amoldar a nuestros propios anhelos y personalidades.

La palabra “amigos”, en este versículo, viene del griego “philos” que significa un amigo profundamente amado y apreciado, de manera íntima, un confidente confiable, querido en los estrechos lazos del afecto personal.

Ese significado comienza en Jesús, el amigo que nos amó, nos ama y nos amará profundamente con todo su corazón. Un amor que se despojó de todo para brindarnos una amistad que no reconocíamos por nuestra condición, pero que llegamos a recibir por su acción.

La amistad es un tipo de amor que no busca lo suyo propio, sino el bien del otro. Ayuda en los momentos difíciles, corrige cuando encuentra un error, aconseja con franqueza, levanta puentes en los momentos más difíciles.

Encontrar un verdadero amigo es un don de Dios, este regalo es como un tesoro bien escondido que conseguimos. Jesús es nuestro primer gran amigo, pero también tienes la dicha de contar con otros, dados por el Padre, aquí en la tierra.

Mira a tu alrededor, ahí está alguien que se mantiene a tu lado, quizás a la distancia, pero que nunca falta su acompañamiento, su consejo, su palabra a tiempo, que cuando estás caído te levanta, te anima y no te deja; ese, también es un verdadero tesoro en tu vida.

Haz esta oración

Padre, gracias por demostrarme, a través de Jesús, el verdadero valor de la amistad. Él es mi Amigo íntimo hoy, mi ejemplo a seguir para yo serlo con otros. Dame la dicha de ser un regalo en la vida de alguien más. Gracias por los amigos que me has dado, gracias por esos tesoros que enriquecen mi vida. En el nombre de Jesús, amén.