«Sean comprensivos con las faltas de los demás y perdonen a todo el que los ofenda. Recuerden que el Señor los perdonó a ustedes, así que ustedes deben perdonar a otros».
Colosenses 3:13 | Nueva Traducción Viviente
A diario convivimos con otros esperando que actúen como nosotros, a su vez, otros esperan que actuemos como ellos, y obviamente es una enorme equivocación que resulta en incomodidades, molestias e intolerancias.
Esto puede llegar a hacer de nosotros personas irritadas, explosivas o impulsivas emocionalmente, que se abalanzan contra aquellos que no van de la mano de nuestros ideales o que actúan desproporcionadamente diferentes a nosotros.
En Nueva York se formó un enfrentamiento entre mafiosos y miembros de otras bandas, ellos decidieron comenzar una guerra e “ir a los colchones”, viviendo en lugares secretos para lanzar sus ataques, ocultos de sus enemigos hasta poder atacar.
Te pregunto, ¿Consideras que eres una persona con mal genio? ¿Quizá algo rencorosa? ¿O tal vez con inclinación a pelear ante cualquier situación “injusta” para ti? Pues si sientes esa necesidad de “lanzarte” sobre alguien, atacar premeditadamente, debes comprender que cada vez que inicias o propicias una pelea, estás trabajando para Satanás y sus planes.
Debemos actuar siempre como Jesús, apegados a los planes del Padre, buscando el bien mayor, es decir, perdonando y restaurando la vida de aquellos que tienes delante, que fallan y son diferentes, y al igual que nosotros cometen errores.
Cuando tú y yo fallamos, nuestro Padre nos perdona. Ten en cuenta que cada vez que te rehúsas a perdonar y restaurar, estás “yendo a los colchones”.
Siempre será más fácil ir a los colchones, pero la verdadera fuerza la demostrarás en el autocontrol, la obediencia y el amor.
Haz esta oración
Amado Padre, hoy vengo a ti para pedirte perdón si he sido una persona propensa a pelear, dañar, restar o dividir. Sana todo conflicto en mi corazón y ayúdame a ser un restaurador. Quiero perdonar como tú me perdonas, y ser instrumento de luz y paz. En el nombre de Jesús, amén.