«Así que anímense y ayúdense unos a otros a crecer, como ya lo están haciendo.»
1 Tesalonicenses 5:11 | Nueva Biblia Viva
Los verdadera hermandad nace de la comunión, del hablar, animar, ayudar y compartir, del orar los unos por los otros, teniendo como centro a Jesús y juntos caminar con una misma visión.
Y aunque tenemos cosas en común, hay otras características que nos hacen particulares dentro de nuestros grupos, iglesias o comunidades. Cada uno con su temperamento, con sus ideas, pasiones, talentos y habilidades, es puesto por el Señor en un lugar para ser de bendición.
Las relaciones nos hacen crecer ¡muchísimo! Por eso la Palabra nos anima a seguir construyendo esos lazos a través de un poderoso verbo: ayudar.
Lo que otros tienen, nos complementa, nos enseña, nos hace autoevaluarnos; eventualmente sentiremos más cercanía con los que son afines a nosotros, pero todos suman algo a nuestro propósito.
Las diferencias nos acercan, nos hacen ser más respetuosos, amables y pacientes; nos hacen buscar más de ese amor transformador de Dios, para que con amor ayudemos a otros a crecer, como ya lo estamos haciendo.
Haz esta oración
Padre Celestial, hoy quiero agradecerte por el lugar donde me has puesto, por mis hermanos, amigos, vecinos, por cada persona que hace vida ahí, pues forman parte de tu plan para mí. Ayúdame a ser canal de bendición para otros y demostrar de tu amor en cada acción. En el nombre de Jesús, amén.
Amén así es señor ayúdame a ser ese puente que une si importar nuestras diferencias , gracias padre amén
Gracias padre celestial por cada persona que colocas en mi camino gracias por permitirme ser luz por tu gracia y por tu favor solo tú eres maravilloso amado Dios