«Así que les digo: Vivan por el Espíritu, y no seguirán los deseos de la naturaleza pecaminosa».
Gálatas 5:16 | Nueva Versión Internacional
Se cuenta que cierto pescador esquimal todos los sábados por la tarde llevaba a sus dos perros a la pelea de perros; uno era blanco y el otro negro. En el pueblo, los pescadores hacían sus apuestas a cada uno de ellos; en algunas ocasiones ganaba el perro color blanco y en otras el de color negro ¡Pero el esquimal siempre ganaba porque le apostaba al perro ganador!
Sus amigos le preguntaron: «¿Cómo haces para siempre ganar? ¿Cómo sabes cuál será el perro ganador en cada pelea?» a lo que el esquimal contestó: «Cuando quiero que gane el blanco, no alimento al negro; y cuando quiero que gane el negro, no alimento al blanco, el perro que alimento siempre gana porque se siente más fuerte.»
Esto puede aplicarse a nuestras vidas, solemos alimentar más al espíritu o a la carne. Para alimentar a la carne solo tenemos que dejarnos llevar por nuestros deseos, la verdad es que no hay que hacer mucho esfuerzo en esto. Sin embargo, para alimentar al espíritu, debemos ser intencionales provocando tiempos de búsqueda y citas con Dios.
Cuando decidimos pasar más tiempo en las redes sociales, el internet, la televisión u otras actividades que no alimentan el espíritu, la carne estará bien alimentada y fuerte; pero si nos mantenemos congregándonos, orando, ayunando, leyendo la Biblia, buscando del Señor, desde luego que nuestro espíritu estará más fuerte.
La pregunta es: ¿A quién quieres alimentar hoy? ¿Quién quieres que gane?
Haz esta oración
Padre, ayúdame a vivir por el Espíritu y a morir a mis deseos pecaminosos. Ayúdame en el poder de tu fuerza para que prevalezca tu voluntad y no mi humanidad. Purifica mis pensamientos y corazón, y haz nacer en mí tu anhelo puro para vivir para ti. En el nombre de Jesús, amén.
Dios los bendiga amén
Aleluya. Esto me confronta y decido alimentar mi espíritu
Decido alimentar mi espíritud