Me cuida y me escucha

«Dios siempre cuida a los suyos y escucha sus oraciones.»

Salmos 34:15 | Traducción en Lenguaje Actual

Si hay algo que el Padre toma muy en serio, es cuando abrimos nuestro corazón y vida a Jesús. Desde ese momento, Él se compromete a velar por nosotros, proveernos y cuidarnos en todo momento, y circunstancia, pero también se compromete a escuchar nuestras oraciones.

Contar con el cuidado de un hombre de autoridad, influencia y renombre en este mundo puede ser halagador, pero contar con el cuidado de Dios Padre, no tiene punto de comparación. ¡Nadie como Él!

Existen varios atributos importantes en la vida de un hijo, dos de ellos son el ser cuidado y el ser escuchado; estos determinan, en gran parte, el desarrollo de su identidad.

¿Está tu identidad clara en el Padre? ¿Sueles angustiarte y preocuparte mucho ante las necesidades de tu vida?

A través de Jesús recibiste un nombre, un lugar y una voz. Ahora tienes un nombre, eres “hijo(a)” de Dios el Padre, por lo tanto tienes un lugar en la familia de Dios, no eres huérfano(a) y ahora tienes una voz que te caracteriza, para venir y hablar con tu Padre.

La oración no debe ser un rato de monólogo aburrido y sin sabor en la habitación, más bien debería ser un tiempo de cercanía, donde puedas hablar abiertamente, expresar tu amor, tu gratitud, tu anhelo y tu vida hacia tu Padre. ¡Él quiere escucharte! ¡Anhela conversar contigo!

El Creador de todas las cosas, que es también tu Padre, te ama con Amor eterno, está velando por ti en cada momento.

Velará por tu salud, por tu bienestar, por tu comida, por tu provisión y aún por el dinero que necesites. Él cuida cada detalle de tu vida.

Estás en las mejores manos, estás en las manos de tu Padre.

Haz esta oración

Amado Jesús, gracias por darme un nombre, un lugar y una voz, por cuidar y velar de mí, aun en situaciones difíciles y contrarias, así como las que vivimos en estos tiempos. Gracias por protegerme, proveerme y darme lo que necesito para vivir en paz. En tus manos estoy seguro. Te amo, Jesús, amén.