«Pero a quienes lo recibieron y creyeron en él, les concedió el privilegio de llegar a ser hijos de Dios».
Juan 1:12 | Dios Habla Hoy
Jesús juega un papel muy importante, no solo en nuestra vida de fe, sino también en nuestra vida entera.
A través de él, hemos recibido la salvación a nuestra condición de pecado, pero también hemos recibido un nuevo nombre y nueva posición en Dios: ahora somos hijos.
¿Hijos de quién? ¿De Dios? Sí y aunque es un poco confuso, ¡Sí, somos hijos de Dios! Por medio de Jesús fuimos adoptados, esto fue un acto de amor, sacrificio y resurrección, donde se preparó un escenario especial para ti y para mí.
¿Crees que eres verdaderamente hijo(a) de Dios? ¿Qué te podría impedir ser su hijo(a)?
Quizá tu padre físico fue un buen ejemplo, quizá no, es posible que haya dejado huellas, quizá fue o es maltratador o simplemente estuvo ausente, tal vez no existe un rostro que asociar con un padre, y sí puede ser duro, pero aunque tu padre y tu madre te hayan dejado, tu Padre Celestial nunca te dejará.
A pesar del padre que tuviste, Dios es el Padre que siempre soñaste, ¡tienes un padre que te ama!
Haz esta oración
Amado Jesús, te doy gracias por el padre que tuve, perdono sus errores y desaciertos, te pido que sanes mis heridas en cuanto a la mala paternidad, pero quiero darte gracias porque también me diste la oportunidad de tener un Padre en los cielos. Hoy soy su hijo(a) y recibo su paternidad en mi corazón. Quiero conocerlo profundamente, así que dame momentos de encuentro especiales con Él, mi Padre celestial. Te amo, Jesús. Amén.