«Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino solo uno, Dios».
Marcos 10:18 | Reina-Valera 1960
No sé si te ha pasado, pero a veces uno quiere hacer cosas por Dios, ayudarlo con sus “asuntos pendientes”, y no porque no creamos que Él lo hará, sino que en nuestra humanidad, tenemos la falsa ilusión de que si hacemos más, podemos acelerar cosas que ya tienen un tiempo de cumplimiento.
Son muchas las ocasiones que queremos ser más buenos que Dios, demostrar que podemos, que sabemos, queriendo ser nosotros quienes hagamos las cosas y no que él las haga a través de nosotros.
Es imposible que seamos más buenos que Él, por más que hagamos de más, ¡El único bueno es Dios!
Él es soberano, tiene el control de todo, no se le escapan los detalles, ni necesita de nuestra ayuda, pero se complace en hacernos partícipe de sus planes de bienestar. ¡Él sí sabe ser bueno!
Dios no necesita que le echemos una mano, somos nosotros quienes necesitamos las de Él para seguir. Vivamos confiados en sus planes, solo nos queda ser obedientes a sus instrucciones.
Haz esta oración
¡Qué bueno eres, Dios! Tus planes siempre serán de bienestar para mi ser, tus tiempos siempre son perfectos para mi vida. Quiero ser obediente a ti, a tu Palabra, a tus instrucciones. Te lo pido en el nombre de Jesús, amén.
Gracias mi dios Gracias a ustedes