Cuando nos sentimos acorralados por las situaciones difíciles, debemos procurar enfrentarlas y pelear, salir de ellas atacando.
En tiempos difíciles es nuestro deber producir, crecer y tener fe en Dios. Caminar haciendo lo que nos toca hacer con excelencia, en tiempo récord y rompiendo los paradigmas mentales y los que la sociedad quiere imponer.
Ninguna dificultad puede anular tu potencial, ni detenerte para alcanzar el lugar donde Dios te quiere llevar.
Los tiempos difíciles van a demandar lo mejor de ti. Por ello, sé una persona que genere soluciones:
1- Auto-liderízate.
2- No creas en la derrota.
3- Permanece con Dios.
Debemos tomar ventajas de las oportunidades. Seamos provocadores del milagro de Dios en nuestra vida, familiares, amigos y todo el que nos rodea.
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