Cómo responder al llamado a santificarnos, es una pregunta que muchos solemos hacernos.
Es necesario caminar a la altura de un redimido por la sangre de Jesús; debemos ser santos porque Dios es santo. Y solo contemplando la gloria del Señor, en intimidad, podemos lograrlo.
No imitamos lo que no observamos o escuchamos, por eso, en la presencia del Señor es que somos transformados, imitando sus cualidades, sus características, y es a través de su dirección que podemos ser santificados en toda nuestra manera de vivir.
Pero ¿Cómo debes responder a esa santificación?
Preparando tu mente para actuar
Teniendo esperanza en la Gracia de Dios para nuestra salvación
Rompiendo con el molde del Viejo Hombre
Imitando los atributos de Dios en cada área de nuestra vida
Somos llamados a ser instrumento de bendición; y eso es un llamado a la santificación, a conducirnos con temor, con respeto por la presencia de a quien portamos: la presencia del Espíritu Santo en nosotros, ¡Vivamos acorde a esa altura!
Iglesia, es tiempo de santificarnos, de vivir haciendo lo que al Señor le agrada, para llegar a vivir en esa vida eterna y gloriosa que en Dios nos espera.
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