Muchos confunde “El arrebatamiento” con “La segunda venida de Cristo” y es importante aclarar que no es lo mismo, ambos son acontecimientos de suma importancia, pero con sus diferencias.
El arrebatamiento sella el paréntesis del tiempo de los gentiles, el tiempo la dispensación de la gracia, donde nosotros tenemos que creer y confesar que Cristo es el Hijo de Dios para ser salvos.
El arrebatamiento será antes de la tribulación. ¡El Señor va a librar a la iglesia de esa hora de prueba que va a venir sobre la tierra!
Por eso es importante destacar algunas diferencias entre el arrebatamiento y la segunda venida:
- El arrebatamiento tiene que ver con la iglesia, solamente con los creyentes en Cristo Jesús, con los redimidos por la sangre de Cristo, solo con el pueblo que le confesó de boca y creyó de corazón. La segunda venida no es para la iglesia.
- La segunda venida ocurre después de la grande y terrible tribulación. El arrebatamiento va a ocurrir antes de la tribulación.
- El arrebatamiento es el traslado de los creyentes de la tierra al cielo en un acto liberador, preservador de lo que vendrá una vez que eso pase. La segunda venida incluye el quitar a los incrédulos y establecer un acto de juicio.
- La segunda venida no ocurre hasta después de ciertos eventos del fin de los tiempos y que cada uno tome lugar. El arrebatamiento es inminente, la palabra “inminencia” significa que puede suceder en cualquier momento.
Dentro del fundamento, nuestro pastor Joel López quiere concientizarnos de quiénes forman parte y qué se requiere para ser parte de este acontecimiento, reforzando esta acción con esta declaración: ‘A mi me interesa que tu vida, corazón, espíritu tenga certeza plena de que si Cristo quiere sonar la trompeta en los próximos segundos usted diga: “¡Me voy con Él!” Sin lugar a dudas, y para que suceda eso, necesitamos dedicarle a la Iglesia el mensaje de confrontación que exige: santificación, compromiso y entrega.’