Este sábado 26 de noviembre, Centro de Esperanza se vistió de gala para celebrar, como Ministerio, el día de Honra a la Familia Pastoral. Damos gracias a Dios por demostrarnos, a través de ellos, que en medio de toda situación debemos permanecer en la fe, con esperanza y amor.
Esta Iglesia está plenamente agradecida con el Señor por cada una de sus vidas, llenas del Espíritu Santo, porque solo Él los ha llevado a guiarnos, cobijarnos, enseñarnos y modelarnos; ¡Ellos son de ejemplo para todas las áreas de nuestras vidas! Todos ellos tienen algo en común: dedican tiempo a los demás, nacieron para levantar a otros y desde que lo entendieron, han sido diligentes con su asignación.
Reconocimos, reafirmamos y recordamos la importancia de la honra como cultura en nuestras vidas. En Dios, podemos vivir amando a nuestra Familia Pastoral aun cuando no exista un lazo sanguíneo, porque va mucho más allá de eso, somos un Cuerpo en Cristo; y cada uno de ellos, sin duda, forman parte importante de nuestra vida en Jesús. Funcionamos en unidad, en compañía, en apoyo como la gran familia Centro de Esperanza; cada uno tomando su lugar en el Cuerpo y permitiendo que el Reino de Dios se siga extendiendo.
Mas que una actividad, Dios nos dio una oportunidad para valorar a nuestros Pastores, a su familia. Vivimos una honra apostólica, somos bendecidos porque no solo nos cubre una familia pastoral, sino una familia apostólica; ejemplos de restauración y transformación de Dios, llegando a ser de bendición e impacto a muchas otras vidas.
Este día de honra es una forma de retribuir todo ese amor que recibimos de ellos, por eso entre interpretaciones de diferentes géneros musicales, testimonios de vidas impactadas por el trabajo incansable de cada uno de nuestros Pastores y Líderes, mensajes especiales de otros ministerios, representaciones teatrales, regalos y mucho cariño, los departamentos, ministerios e iglesias sedes, nos unimos para celebrar el Día de Honra a la Familia Pastoral.
Un sábado lleno de detalles, de momentos, de risas y nostalgia, un día donde Dios nos abrazó con inmenso amor y nos recordó que Él es nuestro Buen Pastor, el que nos enseña cómo vivir y dar de lo que por gracia hemos recibido.
Definitivamente, más que una Iglesia, ¡Somos una familia!
