La gracia es un un tiempo adecuado donde Dios decide revelarse a su pueblo, ella no solo se limita a salvarnos, sino que también nos santifica. 

Sin embargo, ¿A qué se refiere «la gracia que santifica»? Es el poder y la gracia dada por Dios al creyente que purifica y le permite vivir una vida santa en medio de un mundo corrupto. 

Por medio ella, se nos enseña la santidad de Dios de tal manera que aborrecemos lo que Él aborrece y amamos lo que Él ama. Para apreciar esta gracia debemos crecer y madurar espiritualmente, debemos prepararnos para recibir el Reino de Dios que por herencia nos pertenece. 

Los hijos de Dios somos santos que pecan, mas no somos pecadores, porque la gracia de Dios que santifica, nos permite vencer a esa versión antigua de nosotros que aún nos acompaña, así que vamos a caminar en santidad y obediencia para ser útiles instrumentos de Dios y glorificar lo que mediante su gracia hemos recibido.

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