Las circunstancias pasan, pero La Palabra permanece.
Las promesas de Dios no tienen fecha de vencimiento, todas están vigentes y se pueden cumplir en tu vida, incluso aquellas promesas financieras y de multiplicación en los tiempo de crisis.
¡Nada limita a nuestro Dios! Él es nuestra fuente de provisión y semillas, podemos dar porque él nos dio primero. Por ello, nuestra ofrenda es un acto de agradecimiento, honra y confianza en sus promesas.
Demos a Dios con gozo, libertad y agradecimiento, entendiendo que las circunstancias que vivimos son temporales y sus promesas permanecen para siempre.
¡Alégrate! Hoy puede ser el día de tu cosecha.
8 Principios que han demostrado ser verdaderos en las finanzas.
1- Reconoce que todo lo que tienes es de Dios.
2- Ama el trabajo.
3- No te endeudes.
4- Ahorra e invierte.
5- Sé generoso al sembrar.
6- Aprende a darle a Dios lo que le pertenece.
7- No te afanes.
8- Mantente libre del pecado financiero. (Avaricia, codicia y envidia).
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