Te haz preguntado alguna vez ¿Por qué mis pastores y su familia hacen lo que hacen?
El pastorado es un llamado de parte de Cristo; a través de la figura del pastor demuestra su dirección a las almas, el amor a los perdidos y la enseñanza de la palabra.
Sin embargo, en lo natural es imposible hacerlo solo, el pastor lo hace en familia, con la iglesia, pero la gloria sea al Señor que da fuerzas al cansado y al que no tiene ninguna para sobrellevar esta responsabilidad tan grande que es pastorear una iglesia.
El líder Emanuel Lucambio ilustra el valor de nuestros pastores de esta manera: “Amado, tú estás aquí porque alguien ya dio pasos importantes aquí en la tierra para enseñarte de qué cosas te tienes que librar y cuidarte, y ¿Sabes a quién Dios colocó? A tus pastores, al Pastor Joel y la Pastora Loida de López.”
Y nos enseña cuatro formas sencillas de alentarlos:
- Reconocer el ministerio de la familia pastoral
- Comprometerse a apoyar la visión de la iglesia
- Apoyar financieramente a su iglesia en la medida de sus posibilidades económicas
- No les demos preocupaciones, oremos regularmente por nuestro pastor y por la congregación
Ten siempre la disposición de sumar en la obra, una sencilla pregunta como “Pastor, ¿en qué le puedo ayudar?” demuestra apoyas y estás dispuesto a trabajar para compartir la tarea y la carga que él tiene por la congregación; hay cosas que un pastor nunca nos va a decir, pero que el Espíritu nos puede revelar.
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