Los menospreciados se toman de eso para hacer lo mejor y demostrarlo.

Cuando el mundo no apuesta por ti y creen que no eres capaz, Dios te levanta, te impulsa y te promueve a donde Él te quiere llevar.

Dios no te ve como el mundo ve, sino que él mira el corazón, y así como el Rey David, que aunque era ungido siempre fue servidor, así debemos ser en nuestro caminar, sabiendo que nuestro Rey ya dio todo por nosotros.

Cuando se te presentan los problemas grandes van a estar los que te van a decir que no vas a poder, pero tú avanza, toma el problema y véncelo.

Hoy el Señor te dice: «tu determinación cambiará la historia porque tú eres diferente» 

¡Alaba y dale gracias a Él!

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