Lo que está adelante es más grande que lo que dejamos atrás.
Solo tú y Dios conocen lo que está pasando dentro de ti, por eso cada uno de nosotros somos los que debemos colocar los límites en nuestras vidas, a esas situaciones que nos agobian.
Quizá, debido a heridas, fracasos o malas experiencias, nos hemos paralizado al futuro que tenemos por delante, pero Dios trae renuevo, sanidad y liberación de toda atadura para cumplimiento de nuestro propósito.
Cuando tenemos nuestra mirada y confianza en Jesús, no importa la circunstancia difícil que vivamos, toda limitación es quebrantada y llega la multiplicación abundante en todas las áreas de tu vida.
Pero para que la multiplicación llegue, primero habrá un quiebre en ti, en esas áreas que necesitan ser trabajadas para ser de bendición para otros.
Dios nos ama, él es quien quebranta nuestras barreras y nos capacita para recibir todo lo bueno, lo mejor y agradable.
¡Todo lo podemos en Él porque nos fortalece!
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