Para poder criar a nuestros hijos, sin traumas y complejos, somos los primeros que debemos tener un corazón sano.

La oración debe ser nuestro refugio para que ahí el Señor trabaje en nuestras heridas, traumas y complejos. ¡La oración nos dará refugio de sanidad! Porque ella no solo nos ayuda a interceder por nuestras familias, sino que también nos ministra.

La oración de un padre, la oración de una madre, puede marcar una diferencia significativa en sus descendencias; ¡tus hijos la necesitan, aunque ellos crean que no! La oración puede librarlos de situaciones malas, porque aún en su condición de desobediencia y rebeldía, cuando los colocas ahí, a los pies del Señor, Él hará lo que tenga que hacer por guardarlos, protegerlos y librarlos de todo mal. ¡Recurre a tu Creador y reconoce que no es en tus fuerzas, con tus carencias, sino a través de la voluntad de Dios!

Tú conoces a tus hijos, sabes quiénes son, tú los estás criando; pero mientras ellos estén en el seno de tu hogar, blindados por la oración que tú hagas, vayan donde vayan, el Señor irá por ellos, los buscará y bendecirá porque los tienes en su altar.

Es en el altar, orando y velando por ellos, que vas a proteger a tu generación, porque velar es estar activo para poder discernir, para obtener sabiduría, para dar un consejo a tiempo, y también, a través de la Palabra de Dios, sabrás cuando dar un “no” a tiempo.

Tus más duras batallas no deben ser gritando a tus hijos, humillándolos, deben ser de rodillas delante del Señor. ¡Busca la dirección de tu creador!

Nuestra fe será probada, lo vemos con la historia de Abraham, de Job, pero debemos estar constantemente buscando su dirección para que ellos sean desarrollados en bendición, Dios debe ser el centro de tu vida, el primer corazón en ser procesado deber ser el tuyo para que ellos vean en ti el ejemplo que Él quiere que ellos vean.

La oración no hará lo que a ti te corresponda hacer, no te puedes esconder detrás de ella esperando que las cosas simplemente sucedan, en la oración obtienes dirección, pero tú debes actuar. La oración no hará tu trabajo de orientar, corregir, felicitar.

Por eso, Dios está levantando una generación de padres que borrará la mancha de frialdad, abandono, maltrato e irresponsabilidad que dejó una generación de hombres que abandonaron y dejaron a sus familias.

Sí se puede criar hijos en bendición, bajo la voluntad del Señor y los lineamientos de su Palabra, no te canses de ir a la presencia de tu Dios porque eso es lo que a su tiempo transforma tu vida, la de tus hijos, tu matrimonio.

Hoy es un buen día para presentarte delante del Señor y decirle que quieres parecerte más a Él, porque tus hijos quieren parecerse a ti. ¡No puedes seguir igual, el Señor te quiere sanar!