Los procesos son para crecer y el crecimiento lo da el Señor.
Aún en los procesos más oscuros podemos florecer, porque somos un remanente que se levanta y en medio del caos cree.
Este año el Señor nos ha demandado santidad, él podará las áreas necesarias y floreceremos.
Los grandes crecimiento vienen después del desierto. Jesús pasó 40 días en el desierto, ahí se conectó con el Señor y floreció.
Porque aun en el desierto hay flores.
Toda unción lleva un precio, el crecer no viene si te sientas solo a esperar, debes accionar.
En este ayuno, nuestra líder Ysania nos compartió un mensaje de reflexión a la necesidad de determinarnos, es “Tiempo de florecer”
La sujeción al Señor no se negocia, debemos dejar que él trabaje nuestro corazón y veremos el crecimiento.
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