Nuestros sueños pueden ser superficiales, pero un sueño profundo solo viene de Dios.
Él te forma antes de ponerte en el lugar que te pertenece, tu Edén. El 2021 representó un año de formación y preparación para recibir lo que el Señor tiene para nosotros, ese sueño que viene de su corazón.
El sueño de Dios representa lo más importante de tu vida, no solo afecta tu casa, sino también tu comunidad, tu trabajo y tu país. Por lo general, nuestro sueño es bendecir a muchos, pero Dios sueña en bendecir multitudes, ¡Siempre irá más allá de lo que podamos creer!
Pero para acceder al sueño de Dios es necesario morir a los nuestros, no pueden competir. Es importante entender que esta vida es corta y no hay dos oportunidades de vivir el sueño de Dios, pero cuando lo abrazas, muchos de tus anhelos se cumplen porque se alinean a su voluntad.
El sueño de Dios vendrá a nuestras vidas por revelación del Espíritu y cuando llegue, abrázalo y enfócate en cumplirlo y ya verás cómo todas las demás cosas se empezarán a acercar a ti.
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