Tú y yo compramos un boleto ¡sin retorno! Emprender este viaje del evangelio fue una elección, decidimos tomar nuestra cruz y seguir a Cristo.
El amor de Dios es inexplicable y ese mismo amor es el que nos corrige, nos guía, nos enseña a cómo vivir, porque el verdadero amor confronta.
Nuestra confianza está puesta en Él, está presente en cada cosa de nuestra vida, en los desiertos y en las recompensas.
Emprender este viaje sin retorno representa: decisión, confianza y permanencia. Por eso cuando vivimos en Cristo, volver atrás no es una opción.
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