Dios nos compara con ovejas porque dependemos de él y nos compara con águilas porque estamos destinados para las alturas, para movernos de niveles a dimensiones.
Las águilas sabiamente eligen donde habitar por su naturaleza, ellas saben que son de altura ; y nosotros, como hijos de Dios, necesitamos entender que aunque estemos en la tierra, pertenecemos al Reino de los Cielos.
No resolvamos nuestros problemas como se tratan las cosas terrenales, llevemos eso a las alturas, y allí en la presencia del Señor, veremos a nuestro enemigo caer. Llevemos nuestra lucha al cielo y no tendremos de qué preocuparnos.
Fuimos destinados para las alturas. Cambiemos nuestra mentalidad y vivamos una vida que adore a Dios con nuestra forma de hablar, accionar, nuestro andar y nuestra fe. Por eso, la comunión con el Señor es vital para poder tomar esa palabra que vamos a creer y accionar.
Proverbios 23:7 nos enseña “Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él.” Somos lo que pensamos, somos resultado de nuestros modelos mentales. ¡Tengamos mentalidad de altura!
Que hoy tu naturaleza te lleve arriba, aunque te muevas en la tierra, toma esa situación y llévala a la naturaleza que ya te entregó el Señor.
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