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Un padre que ejerce sacerdocio - Líder Franklin Cabrera

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Un padre que ejerce sacerdocio - Líder Franklin Cabrera
Un padre que ejerce sacerdocio es un compromiso es solamente personal, sino con tus generaciones. Todo parte de Jesús; Él es nuestro Rey y Sumo Sacerdote.

Un padre que ejerce sacerdocio

Tu compromiso con el sacerdocio no es solamente contigo, sino con tus generaciones.

Y todo parte de Jesús; Él es nuestro Rey y Sumo Sacerdote, quien dejó un ejemplo para seguirle como discípulos.

Nuestra vida fue diseñada para vivir rendidos a alguien o algo, y a lo que nos rendimos, eso nos imparte, por eso es tan importante hacerlo a nuestro Sumo Sacerdote Jesús, para que sea Él quien nos imparta.

En la Biblia, podemos ver que los sacerdotes eran hombres comunes y corrientes, sujetos a debilidades, con un llamado distinto en el pueblo. Es un honor ser sacerdote, y no es nuestra elección, es un llamado de Dios.

Ciertamente es más fácil ser padre que ser un sacerdote; pero es algo que debemos ejercer y cumplir, es un llamado y el incumplimiento traerá consecuencias generacionales. Pues cuando un hombre deja de ejercer Sacerdocio, alguien lo ejercerá y posiblemente sea fuera del lineamiento de Dios.

Ese llamado nos permite:

    1. Caminar en obediencia y cielos abiertos.
    2. Romper con el pecado que venía trascendiendo de generación en generación.
    3. Marcar e influenciar a nuestras generaciones presentes haciéndoles arder por Dios.
    4. Levantar a nuestras generaciones futuras.

La clave de nuestro sacerdocio es estar en lo íntimo con el Padre. Si necesitas comenzar de nuevo, hazlo, pero comprométete con tu llamado. Y hazlo con estos 5 consejos:

    1. Pon los ojos en Jesús.
    2. Enciende el altar.
    3. Lleva el peso del Sacerdocio.
    4. Sé guía.
    5. Demuestra la fe a través de tu Sacerdocio.

Como hombres del reino, hemos sido llamados a levantar un altar que se mantenga encendido en nuestros hogares; y las mujeres que han entendido ese rol de sus esposos, deben impusarlos en oración y declaración de bendición. ¡Este es un compromiso con Jesús, y se logra con una vida consagrada, una vida devocional, una vida íntegra!