Mes de los Padres - Ayunos Congregacionales
Un padre que no se rinde - Pastor Ramón Pérez

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Incienso agradable

Nuestro incienso agradable es anhelado por el Padre, mucho más de lo que nosotros le anhelamos a Él. Nuestro Padre siempre nos espera en el lugar íntimo.

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Un padre que no se rinde - Pastor Ramón Pérez
Dios es nuestro mejor ejemplo de un padre que no se rinde, Él nos ama incondicionalmente y sus promesas están a disposición de sus hijos.

Un padre que no se rinde

Dios es nuestro mejor ejemplo de un padre que no se rinde, Él nos ama incondicionalmente y sus promesas están a disposición de sus hijos. 

Isaías 49:15 nos recuerda que, aunque una madre pueda olvidar a su hijo, Dios nunca se olvida de nosotros. Él es nuestro Padre amoroso y está siempre disponible para nosotros. Así mismo, el amor de los padres debe estar presente para abrazar a sus hijos, sin importar las barreras.

Dios Padre nos amó como éramos, nos ama como somos y nos seguirá amando aunque nos equivoquemos; por eso, es importante que se nos sea revelada su paternidad, pues es ella la que nos permite ser de bendición para otros, la que nos enseñará a descansar en él cuando ya no podamos más, la que nos impulsará a través de su Palabra, de sus promesas y nos dará sus estrategias únicas para guiar a nuestros hijos. 

Creer en el Señor nos trae salvación y protección para nuestra familia; no importa cuán lejos corran nuestros hijos, Dios los alcanzará. Como padres tenemos una gran responsabilidad, no solo debemos enfocarnos en logros materiales para nuestros hijos, sino también en su relación con Dios; luchemos para que se enamoren de Jesús y sean también de bendición para otros. 

Recordemos que nuestros hijos son lo que Dios dice que son, y él tiene un propósito especial para cada uno de ellos. ¡Confía en Él y sigue su ejemplo! Si el Señor lo dice y tú lo crees, ¡Él lo hará! 

El camino de la paternidad es largo, pero las promesas de Dios nunca quedan a medias. Abandonemos nuestras mentalidades limitadas y permitamos que actúe. ¡No te rindas, en nuestro Señor hay esperanza y fortaleza para ti!