Y yo me levanté…como guerrera - Líder Mary Cruz Henríquez
Y yo me levanté…como guerrera

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Devocional: Una fe avivada por obras

Una fe avivada por obras

Una fe avivada por obras debe hablar con amor y respeto; debe dar con manos abiertas; debe vestir al desnudo, dar a comer al hambriento, dar agua al sediento.

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Y yo me levanté…como guerrera - Líder Mary Cruz Henríquez
Las batallas que Dios permite en nuestras vidas, es para formarnos hasta que digamos: Y yo me levanté…como guerrera

Y yo me levanté…como guerrera

Hay batallas que no vamos a librar solos, necesitamos de personas que vengan y nos apoyen. 

Siempre tiene que haber alguien de autoridad para que tú te levantes contra el enemigo, y en cada uno de nosotros fue depositada una autoridad, pero cuan necesario es que nos acompañe alguien de mayor posición espiritual, una cobertura que nos arrope.

En la Biblia, en Jueces 4:4-10, encontramos la historia de Débora, Barak y Jael, y de ella podemos aprender características importantes que podemos aplicar a nuestras vidas y ministerios.

De Débora podemos destacar que para levantarnos como guerreras, es necesario:

  1. Sabiduría.
  2. Accesibilidad.
  3. Sensibilidad.
  4. Ejercicio de la autoridad.
  5. Valentía.
  6. Entendimiento del llamado.
  7. Enfoque en lo urgente.
  8. Reconocimiento de quién obtiene el honor.

 

Pero de Barak también podemos aprender dos principios importantes, la humildad: el no cuestionamiento de la palabra que se le dio a Débora aún siendo él de mayor autoridad, y el acompañamiento, porque no se va a la guerra solo, se va en compañía, porque si uno cae, el otro lo levanta. Cuando se levanta un guerrero o una guerrera reconoce que no se trata de él, sino del Espíritu de Dios y respeta los vasos que él usa para la realización de la obra.

Y por último, Jael, quien fue un instrumento en manos del Señor, quien tenía identidad clara de quién era en Él, ella se venía entrenando en su día a día para ese momento tan preciso y necesario. El Señor le entregó la victoria de manera tranquila, reconoció y accionó porque Jehová estaba con ella. 

Cada una de estas historia en este pasaje bíblico nos hace ver qué la dirección viene del Señor, el único que reina por los siglos de los siglos. Y hasta aquí ha sido Él quien nos ha ayudado. No importa los dardos que te han tocado, el Señor permite incomodidades para sacarte de tu confort.

Hoy entendemos y creemos que el Señor nos entregará a cada enemigo de nuestras vidas a través de las estrategias correctas, a través de su Palabra, que hay códigos en ella para cada situación. Seremos probados, pero siempre recordando “¡Jehová y yo somos mayoría!”